Diciembre tiene ese toque bonito, sí, pero también te revuelve emociones.
A veces extrañas a alguien, recuerdas cosas, o simplemente te pega la nostalgia del cierre del año. Y está bien. Lo peor es guardarse todo. Hablar con alguien, escribir o simplemente admitirte que estás raro ayuda muchísimo.
La salud emocional también es salud, aunque no venga envuelta en caja con moño.
Escucha el podcast de Rocío Córdova, una mujer como tú aquí.

