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¿Cada cuándo tienes algún pequeño detalle con la gente que más convives?
A todos nos gusta sentirnos valorados y queridos, entonces, porque no agradecer a las personas que nos sostienen, nos cuidan, nos apoyan, nos acompañan a lo largo de nuestra vida.
¿Te consideras una persona detallista, alguien que se preocupa por las emociones y sentimientos de los que amas?
Frases tan sencillas como; ¡Me haces muy feliz!, ¡Haces mis días diferentes!, ¡Gracias por estar siempre para mí! enriquecen, alegran y emocionan a quien las recibe.
Estar al pendiente de las personas que apreciamos, es una hermosa forma de demostrarles lo importante que son para nosotros. Una simple sonrisa, una mirada sincera, una caricia, una sorpresa de la nada sorprenden a cualquiera.
¿Qué tanta atención y cuidado le pones a tus relaciones personales?, ¿te consideras detallista?, ¿cuidas esas pequeñas cosas que logran marcar diferencia en alguien más?
Si hay algo que las mujeres adoran, son los detalles, aquellos que logran sorprender y enriquecer cualquier relación.
Tenemos la idea errónea que a los hombres no les gustan los pequeños detalles, sin embargo, ellos también sienten y una palabra, un abrazo inesperado los sorprende gratamente porque son simples gestos que a cualquier ser humano le cambian la vibración y hacen que irradiemos amor y felicidad a nuestro alrededor.
Manifestar nuestra gratitud a través de pequeños detalles, enriquece el alma y hace que mostremos bondad, amor, aprecio, con las personas que son importantes para nosotros.
A través de los pequeños detalles vamos conectando con las personas de nuestro alrededor, les expresamos el afecto que sentimos hacia ellos, demostramos confianza y apertura para construir una relación de empatía.
Los detalles recibidos no equivalen a la cantidad de cariño, aprecio o amor que alguien siente por ti, pero cuando alguien tiene atenciones especiales, dedica parte de su tiempo, procura tu persona, agradeces y valoras cada pequeño gesto de amor que te demuestra.
Los pequeños detalles cotidianos son los que construyen grandes lazos emocionales entre las personas, logran poco a poco convertirnos en coleccionistas de momento especiales que el corazón guarda y atesora para siempre.
Las relaciones más satisfactorias y felices son aquellas donde se renuevan los vínculos, existe reciprocidad, cariño, amor y no dejan de existir los pequeños detalles que hacen la diferencia en cualquier relación.