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"¡No seas introvertido!", es una frase muy común hacia una persona que es callada o no muy sociable.
Seguimos glorificando a los que andan en manada y no paran de hacer ruido y pensando que los introvertidos deben ser erradicados ayudándoles a ser “normales”.
Este artículo no pretende criticar a los extrovertidos, simplemente brindar información sobre lo que es un introvertido y por qué debemos de dejar de ligar la palabra con la imagen de un ermitaño.
Introvertido, extrovertido, tímido… ¿o qué?
Muchos creen que el ser introvertido es una enfermedad, un desorden psicológico o una forma de ser que no te va a llevar a ningún lado. Creen que es una definición negativa sobre tu personalidad, pero están seriamente equivocados.
¡No es una enfermedad!, no es un mal que se cure con terapia o medicamentos, es una forma de ser que también se diferencia de la timidez, el aislamiento absoluto, la soberbia, el egoísmo y la hostilidad.
Un introvertido está constantemente interesado en sus propios sentimientos y pensamientos, lo que ha hecho que los cataloguen como “egoístas”, pero no es que no les importen los demás, sólo ocupan mucho tiempo en averiguar qué les pasa y cómo se sienten.
“La introversión no es en sí timidez”, y aunque la timidez tampoco es una enfermedad sí puede llegar a afectar a la persona, porque no tiene relaciones sociales (ni poquitas), no puede tomar decisiones, son nerviosos, padecen ansiedad, entre otras cosas.
Un introvertido no es ni ermitaño, ni completamente tímido. Un introvertido sí tiene amigos, socializa, se ríe, puede estar bailando en una fiesta y hacer bromas, puede tener sus ratos extrovertidos.
Lo que sucede es que los introvertidos se sienten mejor estando solos, así se ponen de buen humor, cargan energía y luego pueden volver a un mundo extrovertido, no porque estén deprimidos o sean antisociales, sino porque necesitan un rato consigo mismos para relajarse.
“Los introvertidos también nos divertimos, sólo que no nos importa si todos se enteran.”
Las personas extrovertidas son muy valoradas, así los que tienen relaciones sociales sin problema, los que tienen amigos al por mayor, pongámoslo así… “los populares”, son los más idealizados e idolatrados.
Mientras que los introvertidos, regularmente son castigados con palabras como “egoístas”, “hostiles”, “ermitaños”, “solitarios”, “con mala actitud”.
Todos tenemos un lado introvertido
En realidad, estoy convencida de lo que hablan los psicólogos: todos tenemos un lado introvertido y otro extrovertido, sólo que a veces la balanza se va más a un lado, no es que uno sea malo y el otro bueno.
Estar contigo un ratito y convivir con las personas que quieres, aunque sea un grupo pequeño, no está mal.
Esta es una guía para descubrir si eres introvertid@.
- Las multitudes te estresan.
- No te emocionas por conocer nuevas personas.
- Hablas en público, pero te limitas a conversaciones uno a uno.
- Te relacionas mucho con personas extrovertidas.
- Al principio no te gusta platicar, pero una vez que te sientes cómodo, incluso haces las
- preguntas correctas en el momento correcto.
- Ignoras cuando alguien te habla por teléfono, prefieres contestar mensajes cuando estés preparado.
- Te gusta planearlo todo, seguir una rutina y evitar situaciones que estén fuera de tu control.
- No te gusta hacerte promoción o hablar mucho sobre ti mismo.
- Te distraes fácilmente, incluso te han llamado “Dori” (LOL)
- Prefieres tomar los últimos asientos del bus, para salir rápido.
- Hablas mucho contigo mismo o entablas conversaciones con otras personas, sin que estén presentes.
- Tienes temporadas de estar solo, pero también de intensa actividad social.
- Sabes lo que te gusta y lo que no, algunas veces eres muy específico.
- Prefieres pasar inadvertido, no que seas invisible, sólo prefieres observar el horizonte.
El ser introvertido te afecta en distintos ámbitos
Padres: Te comparan con tus hermanos extrovertidos, insisten constantemente que te relaciones con otros niños u otras personas y que “salgas de tu burbuja”.
Maestros: Tienden a valorar muchísimo “la participación”, tanto que lo ponen como escala de calificación. No, no está mal si quieres hacerlo, y los introvertidos no es que no lo hagan, pero obligarte porque “tienes que”, es tan feo como limitar tu creatividad haciendo que memorices sin entender lo que memorizas.
Trabajo: Es común que para obtener un puesto de alto rango se busque extrovertidos, y es probable que el hablar poco lo relacionen con “mala actitud”, pero eso no significa que un introvertido no llegue a ser líder de alguna compañía, el caso que más lo ejemplifica es el de Bill Gates.
Un introvertido no es que no sepa trabajar en equipo, sólo prefiere planear primero, llegar con algo hecho, trabajar en grupos pequeños y terminar trabajando solo, así son más productivos.
Pero, eso está “mal visto”, como que no sabes trabajar en equipo. Habría que evaluar realmente a la persona para saber si es que no sabe hacerlo o sólo tiene procesos distintos.
Sociedad y familia: Tendemos a vivir en familias grandes, cuando un introvertido llega a ellas sufre mucho porque “tiene que” estar, convivir, hablar, y cuando no lo hace, es “hostil”, siempre castigando al diferente.
No hay una fórmula única para todos
Cada persona tiene procesos para recargar energía distintos… ¡no somos iguales! Así que por lógica, la misma fórmula no funciona para todos.
También es importante entender a los que idolatran la extroversión, porque puede ser muy complicado para ellos aceptar que los introvertidos necesiten tiempo a solas, que no quieran estar entre mucha gente.
El mundo no va a cambiar de la noche a la mañana, seguirá viendo a los extrovertidos como algo que está bien y a los introvertidos como un mal social que debe ser erradicado. Pero aceptar cómo eres, asumirlo y disfrutarlo, te hará sentirte más pleno.
Comparto un link que añade información al tema.