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Tus recuerdos se forman a través de tus cinco sentidos, no solo por emociones. Es el primer paso para estar en contacto con el mundo y recordarlo ya sea para bien o para mal.
Así podemos recordar el olor de la casa de nuestros abuelos, sentir el sol en la piel y remontarnos al momento en el que fuimos felices o ver el rostro de una persona y decir “se me hace conocida”.
Qué es la memoria sensorial
La memoria sensorial es la que guarda los recuerdos que se forman a través de tus cinco sentidos, y cuando vuelves a estar en contacto con ese recuerdo, te remonta a una situación o momento. ¿Te ha pasado?
Esta memoria sensorial se clasifica en:
- Memoria icónica (vista).
- Memoria ecoica (oído)
- Memoria háptica (tacto)
- Así como olfativa y gustativa.
Tus recuerdos son información guardada en tu mente. Cuando se trata de la memoria sensorial, puedes llegar a sentir nuevamente algo aunque no estés frente al objeto o persona, sino sólo a su recuerdo.
Uno de los sentidos que te genera grandes recuerdos, es el olfato. Muchas personas asocian olores con momentos específicos de su vida, que van desde la “casa de mi abuelita” hasta un “huele muy rico”, incluso pueden identificar a la persona por su olor sin antes haberla visto.
Otro ejemplo es cuando intentas concentrarte en algún lugar donde has estado y visto, cierras los ojos tratando de recordar. Lo mismo pasa con el tacto, incluso con los ojos cerrados puedes identificar el objeto que estás tocando.
En qué te ayuda este tipo de memoria
La información que recibes a través de tus sentidos, no sólo te permite reconocer el entorno, sino también la da sentido a futuros momentos y acontecimientos en tu vida.
Podemos incluso a reaccionar inconscientemente con temor o rechazo al estar en contacto con algo que mediante nuestros cinco sentidos nos remonta a ese momento en el que sentimos miedo.
Puedes tener recuerdos emocionales cuando un “detonante” en el entorno te recuerda a una situación traumática o feliz. Pero al ser inconsciente no lo sabes identificar, esto te puede traer problemas, afectar tu situación emocional o frenar cualquier tipo de crecimiento, desde el profesional hasta el personal.
El punto es estar más abierto a visualizar el mundo con tus cinco sentidos, la meditación puede ayudarte hacerlo. Al descubrir tu entorno y poner atención a lo que sientes, podrás descubrir detonantes y razones por las que te sientes bien o mal.
Esto te ayudará a conocerte, a identificar miedos, inseguridades, para poder superarlos y ser más consciente de quién eres con empatía y amor.
Te recomendamos buscar a especialistas en psicología para ahondar más sobre el tema, memoria sensorial e incluso regresiones emocionales o “flashbacks”.