- Publicidad -

La importancia de alimentar, amar y sanar a tu “niño interior”

- Publicidad -
Angel Ponce
Angel Ponce
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, entusiasta, cinéfilo, amante del rap mexicano y fiel aficionado al fútbol nacional e internacional, fotógrafo amateur de conciertos y entrevistador de talentos emergentes, así como de estrellas consolidadas.

Noticias en iHeartRadio México

Imagen: Depositphotos/ KateGrishekinaBO

Si escuchamos “niño interior” lo relacionamos inmediatamente con alegría, creatividad e imaginación, pero de igual forma, también puede verse reflejado en miedo, angustia y desconcierto.

Se imaginan  si escucháramos una vocecita dentro de nosotros…

Una vocecita que nos dijera que le gustaría hacer, qué anhelos guarda, cuáles son sus sueños, qué le gustaría cumplir, cuáles son sus miedos, dolencias, qué recuerdos tristes guarda y no ha podido expresar.

Hablamos de sanar a nuestro niño interior, nos referimos a curar nuestras heridas del pasado, acoger esa parte que nos lastima y nos impide avanzar como seres humanos.

Cuando a un niño se le restringe el afecto que merece y no le expresamos palabras de reconocimiento y admiración, la personalidad del niño poco a poco se torna tímida, enfermiza, agresiva, rebelde.

Y lo más seguro, es que al paso de los años se tornará en una persona adulta triste, insegura, hasta quizá amargada.

En cambio sí le brindamos seguridad, amor incondicional, lo tratamos con respeto y amabilidad estaremos reforzando su autoestima y al mismo tiempo le daremos libertad, respetando su esencia e impulsándolo a desarrollar sus dones y talentos, el niño crecerá con una autoestima alta, sólida, sintiéndose merecedor de amor.

Familia, en cada ser humano aparecen vacíos existenciales que necesitan ser sanados para luego soltarlos y poder ser liberados.

Ni nuestros padres, pareja, familiares y amigos, pueden remplazar esa tarea que nos corresponde a cada uno de nosotros.

Ya que nuestra autoestima se mantiene en constante construcción y retroalimentación, debemos monitorear nuestras emociones y sentimientos para poder detectar aquellos vacíos existenciales que nos estancan en ocasiones.

Si queremos sanar esa parte de nosotros, es necesario conectar con el dolor original de nuestras heridas, aceptar el sufrimiento como algo natural para poder soltarlo.

Las cosas que nos decimos a nosotros mismos desempeñan un rol importante en cómo nos sentimos por dentro, de igual manera, las palabras duras e hirientes que nos han dicho otras personas y las malas experiencias que hemos tenido a lo largo de nuestra vida.

La verdadera naturaleza del ser humano surge de nuestro interior, justo donde vive latente la esperanza y la inocencia. Un niño actúa de manera sencilla, inocente, ingenua, espontanea, traviesa, franca, pura e infantil.

Aunque seamos personas adultas, saquemos ese “niño interno” que llevamos dentro, esa parte divertida en nuestro interior siempre estará presente, una pequeña luz brillante llena de amor y de inocencia dispuesta a vivir de manera plena.

En la vida de cualquier ser humano resulta muy saludable dejar que nuestro niño interior sea espontaneo, no reprimirlo, dejarlo libre, no olvidemos que fuimos, somos y seguiremos siendo niños siempre.

¡Mente, cuerpo y alma en armonía, darán siempre un bienestar a su vida!

Fuente: Andy Cornejo
TW: @Alejand60356051  
FB: Andy Cornejo
Correo: [email protected] 
- Publicidad -

No Te Pierdas: