Imagen: Depositphotos/AndreyPopov
En los últimos meses nuestras rutinas familiares de un día para otro cambiaron, y con ello, las dinámicas establecidas en nuestros hogares también.
Ante esta situación, necesitamos procurar, alimentar y sobre todo, no descuidar, nuestro bienestar. Ya que el encierro, el aburrimiento, pueden aparecer y ocasionar un desajuste emocional y físico de todos los integrantes de la familia.
Escuchar música, leer algún libro, hacer ejercicio, utilizar la tecnología para estar en contacto con familiares, amigos, compañeros de escuela, trabajo, alimentar nuestras redes sociales, eso también ayuda a liberar tensión y saca de la rutina nuestra mente.
Dedicar un tiempo para realizar actividades en familia, fomenta la convivencia. La salud mental es la clave para lograr la armonía en casa. Reservar un espacio para cada uno es importante, un momento a solas para reflexionar y realizar actividades que nos revitalicen de manera individual.
Si creamos nuevas rutinas de convivencia en estos tiempos, nos ayudará a sostener la estructura de la casa y lográremos bajar los niveles de ansiedad y preocupación que pudieran tener ya algunos integrantes de la familia.
Sí queremos ser instrumentos de ayuda, debemos cuidarnos primeramente a nosotros mismos, seguir las medidas de higiene necesarias para mantener una salud óptima y así, poder servir a los más necesitados, vecinos, gente que viva por nuestra zona y necesité ayuda.
Comencemos desde casa para luego salir y ayudar a los necesitados, aquellos menos afortunados, personas que quizá vivan en abandono, soledad y desamparo.
Las crisis nos ayudan a multiplicar los actos de servicio hacia los demás, porque se expanden las cadenas de solidaridad: familia, sociedad, nación, humanidad.
Continuemos alimentando y fortaleciendo nuestras relaciones, ahora más que nunca, juntos saldremos adelante, fortalecidos, unidos y conviviendo de manera sana en un ambiente de amor, paz y armonía.
Vivamos el presente con mayor intensidad, vivir en el hoy es la mejor manera de valorar y compartir lo que somos con la gente que amamos y con las personas que necesitan de nosotros en estos tiempos de pandemia.
Contar con el apoyo de los miembros de nuestra familia, resulta un apapacho a nuestro corazón, nos brinda fuerza y estabilidad emocional para enfrentar los desafíos de la crisis mundial que atravesamos.
¡Fortalezcamos nuestros lazos de unión y fraternidad, comencemos desde casa!
Fuente: Andy Cornejo
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