La ansiedad y depresión son trastornos emocionales que pueden parecer iguales, pero que es necesario e importante diferenciarlos para poder recibir la ayuda adecuada.
Y es que la ansiedad y la depresión son consideradas enfermedades silenciosas, ya que no son tan visibles como otras enfermedades físicas, dado que abarcan la salud mental y que regularmente las personas no atienden.
Ambos trastornos son formas de reaccionar lo que pasa en el exterior e interior de la persona. Por ejemplo, si se siente como una amenaza, se activará el sistema de alerta o ansiedad. Si se percibe como una pérdida o fallo, dará lugar a la depresión.
Existen síntomas específicos que te ayudarán a identificarlo más claramente:
Depresión
- La emoción primaria es la tristeza patológica.
- Se relaciona con momentos del pasado, incluyendo anécdotas y traumas.
- Las personas con depresión suelen interpretar todo lo que les sucede con un tono negativo.
- Sufren de la incapacidad para experimentar placer.
- Tienen pérdida de interés o satisfacción y poca vitalidad.
- Sentimientos de culpa e inutilidad.
- Las causas de la depresión suelen ser de origen psicológico.
- En el nivel físico la ansiedad se siente como: Bajo estado de ánimo, decaimiento y cansancio excesivo, así como trastornos del sueño y en el apetito, dificultad para concentrarse y aislamiento social.
Ansiedad
- La emoción primaria es el miedo patológico.
- Se relaciona con el futuro, una preocupación constante sobre lo que pasará.
- Rumiación constante e incertidumbre acerca de un pensamiento repetitivo y negativo.
- En el trastorno de ansiedad no se ve afectado el disfrute o placer.
- Preocupación en exceso, falta de concentración, abandono de actividades y rituales.
- Las personas con ansiedad viven en constante alerta y nerviosismo.
- Las causas de la ansiedad se determinan por varios factores como: ingerir sustancias como el alcohol, broncodilatadores o drogas, una dieta deficiente o el estrés.
- En el nivel físico la ansiedad se siente como: Respiración superficial o sensación de ahogo, pulso acelerado, molestias gastrointestinales, tensión muscular, dolor de cabeza, miedo, inseguridad, nerviosismo, sudoración, temblores, irritabilidad.
Estas son las diferencias principales entre depresión y ansiedad, pero para tener un diagnóstico certero es necesario acudir con especialista, ya que muchas veces ambos trastornos se presentan a la vez, por lo que hay una combinación de síntomas, a esto se le conoce como comorbilidad.
¿Cuándo y cómo buscar ayuda?
Es necesario pedir ayuda cuando la persona sienta que estas sensaciones y malestares afecten su calidad de vida, cuando se le haga difícil enfrentar y realizar las tareas diarias por mínimas que sean.
También cuando las preocupaciones diarias empiecen a mermar su salud física con síntomas que pueden durar días, como dolores de cabeza, pérdida de apetito, diarreas o temblores.
Acércate a algún profesional de la salud mental y emocional como psicólogos, terapeutas, psicoanalistas o psiquiatras, quienes te ayudarán a tener un diagnóstico certero y a tener la terapia o medicación, en su caso, adecuada.
Y en la medida de lo posible, haz cambios en tu rutina con herramientas de autoconocimiento y autocuidado, como la meditación, técnicas de respiración, alimentación saludable, ejercicio físico, llevar un diario de pensamientos y sentimientos, realizar actividades que generen disfrute e incluso participar en grupos de apoyo.
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