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UN ENGAÑO PROMEDIO

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Manuel Pérez del Castillo
Manuel Pérez del Castillo
Llevo algunos años tratando de aprender de ciencia y desaprender algunas barbaridades que me enseñaron. En mis ratos libres subrayo libros e intento alertar de charlatanerías. Trabajo en tecnología y sistemas desde hace más de 20 años, la mayoría de ellos en radio. Esposo y padre en entrenamiento.

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Los datos estadísticos son muy útiles para la toma de decisiones, pero también pueden servir para engañar o influir en la opinión de las personas.

En ocasiones son errores no intencionados, pero muchas veces se hace un mal uso de las cifras con propósitos comerciales, políticos o electorales.

Uno de los casos más comunes se da con el promedio o media. Podemos escuchar, por ejemplo, que cierto estado está por arriba de la media nacional en un indicador y eso se nos vende como bueno. En el mismo sentido podemos oír que otro estado está por debajo de la media nacional y que eso es muy malo.

El problema –y el engaño– es que en cualquier cálculo de una media habrá valores por debajo y por arriba de dicha media. Si calculamos el promedio de edad de cualquier grupo humano pues necesariamente habrá personas arriba y debajo de dicho promedio. Así que estar arriba o debajo de la media no dice nada por sí mismo.

Supongamos que en todas las delegaciones de la Ciudad de México la contaminación rebasa los índices aceptables. Si calculamos un promedio de alguno de los contaminantes, aproximadamente la mitad de las zonas saldrá por debajo de la media. ¿Pueden presumir esto como un buen resultado? Claro que no. Si los valores de contaminación son inaceptables en todas las zonas, es irrelevante que algunas estén debajo del promedio. Los promedios pueden ser útiles, pero tienen que ponerse en contexto.

Hay otros casos erróneos y recurrentes en el uso de los promedios. Por ejemplo, la media de patentes en los últimos 15 años en los países del TLC (Canadá, Estados Unidos y México) es de poco más de un millón. Pero si ponemos este número en contexto veremos que no dice absolutamente nada, ya que el 95.9% del total corresponde a Estados Unidos y el 3.92% a Canadá. México apenas tiene el 0.1%.

Otro tipo de engaño es cuando presumen que un estado es el que menos delitos tiene a nivel nacional y otro es el que más atención médica brinda a sus habitantes. Si resulta que el estado que menos delitos tiene es el más pequeño del país y el que más atención médica brinda es el más grande, esta “información” es totalmente irrelevante.

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