¡Llegó la primavera!
La primavera es la temporada donde el sol es mucho más brillante, las plantas comienzan a florecer, los paisajes son más coloridos y el polen comienza a expandirse. Pero, así como la primera estación del año para el hemisferio norte hace que la naturaleza se vea más linda, también hay personas que experimentan varios cambios de comportamiento. Se notan más contentos, con mayor motivación para hacer actividades al aire libre y solo quieren divertirse o estar fuera de sus labores diarias.
A este fenómeno se le conoce como “Fiebre de primavera” y no, no es una enfermedad como tal; es un término que se designa a dichos cambios psicológicos que ocurren con la llegada del equinoccio de primavera. Pero… ¿Qué tantos cambios se tienen al contraer la fiebre de primavera? Te lo contamos…
Tenemos más energía que en invierno
Diferentes estudios creen que, gracias a la falta de luz solar durante el invierno, nuestro cerebro produce menos melatonina, por lo que hace que nuestras actividades ociosas disminuyan. Otra hipótesis que los científicos tienen es que, gracias a la inyección de vitamina D por el sol primaveral, nuestra energía aumenta considerablemente. Sea la razón que sea, tenemos que aprovechar dicho incremento de energía para poder alcanzar nuestras metas.
Comemos más comida ligera
En primavera, nuestra dieta tiende a cambiar. Se basa en alimentos ligeros como frutas, verduras y alguna proteína que nuestro cuerpo necesita. Eso se debe a que la temperatura sube, por lo que, de manera natural, hay menos ganas de comer guisos calientes o pesados.
Un mejor ánimo y motivación por las nubes
Teniendo en cuenta que el calor primaveral no suele ser tan bochornoso como en el verano, muchas personas se motivan para practicar algún deporte o realizar alguna actividad física, como dar un paseo por el parque u otras partes. Esto, por ende, nos vuelve más sociables y mejora nuestro estado de ánimo.
Ahora que ya sabes qué es la fiebre de primavera, ¡sácale todo el jugo que puedas!