Tal como dijo el escritor Irlandés, Oscar Wilde, “El mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices”. Ver la sonrisa de un niño que se divierte, que corre hasta no más poder, que imagina un mundo donde la única preocupación es quedarse sin tiempo para jugar más, es algo que no tiene precio.
Si bien el Día del Niño se debe celebrar haciendo lo que más le gusta a los peques de la casa, también es un buen día para recordarles a los adultos que es necesario respetar esa etapa tan linda que tenemos los seres humanos. Si logramos que los niños tengan una niñez tranquila y feliz, podemos tener mejores hombres y mujeres el futuro.
Por eso es importante hacer énfasis a que la infancia es clave para el desarrollo de las personas en aspectos tanto biológicos como psicológicos. Es donde los niños (a) aprenden a razonar y comprender de manera más clara lo que decimos y hacemos, por lo que siempre va a ayudar a que tengan a un buen ejemplo al cual seguir.
Sí, quizás nosotros podemos tener los problemas y preocupaciones de la casa o trabajo, pero hay que tener en cuenta que ellos (a) son los menos culpables de dichas situaciones. No podemos desquitarnos con los chiquitines, ¡NUNCA!. Sí, es cierto que le tenemos que enseñar los límites que deben de tener, pero no dejes que tus malas emociones te hagan hacer cosas que los puedan afectar. No olvides que la mejor manera de entender las cosas es por medio del diálogo.
Solamente recuerda, los niños tienen ser felices todos los días, merecen crecer en un buen ambiente familiar y vivir sin ninguna clase de trauma que los puedan dañar en el futuro.
Los niños son el futuro del mañana y depende de nosotros que dicha generación tenga las herramientas adecuadas para poder crecer en todos los aspectos.