Aunque por ley no se debería discriminar a nadie, ni por condiciones ni por apariencia física, la discriminación sigue abundando en todo el mundo. Desafortunadamente, todavía hay gente que no ve o no quiere aceptar el cambio de paradigma que estamos viviendo.
Solamente hay que recordar que los valores y habilidades que poseemos no tienen nada que ver con una buena vestimenta o con un dibujo en la piel; al contrario. Por eso hay que tener en cuenta que siempre van a haber cosas que no nos gusten y está bien, pero no significa que estén mal.
Nadie es quién para juzgarnos, y menos por cosas triviales.
Alfredo Romo nos comparte su opinión sobre este tema en su podcast.

