Seguramente has escuchado sobre el origen emocional o mental de las enfermedades.
Esto se presenta en diversas modalidades, pero comparten la idea de que mucho de lo que te pasa es por un sentimiento o un conflicto no resuelto que se manifiesta como dolor o algún padecimiento. Por ejemplo, el malestar de espalda es porque no tienes apoyo de tu familia o por una preocupación financiera. Si te duelen las rodillas es porque eres soberbio.
No se puede negar la relación entre lo que pensamos y lo que pasa en nuestro cuerpo (y viceversa). El efecto placebo y el efecto nocebo son buenos ejemplos, así como los cambios que se observan cuando estamos estresados, espantados o recibimos una mala noticia.
Pero decir que la epilepsia se debe a que rechazas la vida o que tienes una infección grave porque estás amargado, es un gigantesco disparate. Por supuesto que éstas y otras afirmaciones similares no tienen fundamento alguno y no se han comprobado. Son producto de las creencias de algunas personas, que quizá con buenas intenciones, buscan soluciones para ayudar a las personas.
Un ejemplo: ¿qué puede causar las molestas náuseas y el vómito en las mujeres embarazadas? Si uno no se toma la molestia de investigar puede concluir que, dado que estas reacciones son para rechazar algo, pues entonces en la mujer embarazada significan que se está rechazando al bebé. No bromeo, esto piensan y publican algunas personas. Pero la realidad es más complicada y maravillosa a la vez. Es muy probable que las náuseas en el embarazo sean un mecanismo para evitar que las futuras madres ingieran tóxicos que pudiesen dañar al bebé.
Sin embargo, más allá de la falsedad de la mayoría de estos supuestos, lo que me parece realmente peligroso es el daño que se puede ocasionar a ciertas personas. Recibir un diagnóstico grave ya es una carga para cualquiera, pero si además le decimos que es su culpa porque no controló su egoísmo, estaremos cometiendo una injustificable crueldad. Podemos empeorar las cosas si le decimos que su recuperación será más difícil si no vence su miedo. ¿De verdad le van a decir a un niño que su enfermedad genética se debe a su mal manejo emocional? ¿Le van a decir a un enfermo de cáncer que su tratamiento no ha funcionado porque no tiene la actitud correcta y está deprimido? ¿En qué ayuda asegurarle a un joven que el acné es porque no se acepta? Esto sí me enoja, ¿a ti no?