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Reflexión: La alegría de vivir y sonreír

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Angel Ponce
Angel Ponce
Licenciado en Ciencias de la Comunicación, entusiasta, cinéfilo, amante del rap mexicano y fiel aficionado al fútbol nacional e internacional, fotógrafo amateur de conciertos y entrevistador de talentos emergentes, así como de estrellas consolidadas.

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Foto: Depositphotos / gpointstudio

Sonreírle a la vida produce en nuestro cuerpo distintas respuestas fisiológicas que nos ayudan a combatir y prevenir enfermedades.

La alegría por vivir nace de nuestro interior, es lo opuesto al dolor que generalmente lo generan causas externas, acontecimientos ajenos a nuestro ser, una situación difícil, cosas trágicas, pérdidas.

Para el pesimista resulta difícil disfrutar de la vida porque siempre existe algo que no le permite sonreír, ser feliz, una excusa que le impide avanzar hacia sus objetivos, metas y realizaciones.

Existen seres humanos que son ricos materialmente, pero no son personas alegres, no sonríen, les falta algo en su vida, se sienten vacíos, no están conformes con sus logros profesionales, personales, sociales.

La alegría se manifiesta en nuestro cuerpo, en los gestos de la cara, en la salud y en nuestro estado anímico. Las personas alegres siempre aportan energía positiva a los demás.

Lo más importante es enfrentar las situaciones que nos toca vivir con garra, aprender a sobrellevar los altibajos de la vida,  dar pelea, pero sobre todo, sonreírle a la vida. Una persona alegre contagia, ilumina a los demás, con su sola presencia.

La verdadera felicidad surge de lo más profundo de nuestro corazón, se refleja cuando amamos las cosas más sencillas y simples de la vida, no la causan personas o situaciones externas a nosotros, más bien, está relacionada con nuestro estado de ánimo, pensamientos, emociones, sensaciones que experimentamos internamente.

La alegría por vivir nos produce vitalidad en nuestros pensamientos, emociones, acciones y expresiones, nos nutre, eleva, es la fuente de residencia de nuestro sistema inmunológico, porque las defensas naturales del cuerpo funcionan mejor en una persona alegre que en una deprimida.

Se siente una sensación de paz, tranquilidad, estamos conectados con nuestro corazón, reaccionamos de acuerdo a nuestras emociones positivas, nos sentimos alegres, buscamos alternativas a los retos que se presentan, encontramos salidas a los problemas que tenemos que solucionar.

La fuente más común y grande de la alegría es el amor, nos da fuerza para sonreír en momentos difíciles, disculparnos cuando nos equivocamos y aceptar nuestros errores con humildad sí es necesario.

Una persona entusiasta se entrega con pasión a lo que realiza, se siente vivo, disfruta la compañía de sus seres queridos, le gusta reír y divertirse, abre su alma con entusiasmo y enfrenta los retos de la vida con una actitud positiva.

La alegría es una emoción expresiva que nos hace sentir físicamente más ligeros, contentos, extasiados, nos invita a sonreírle a la vida, a mirar con amor y agradecimiento cada pequeño instante que vamos experimentando.

Vivir con alegría y optimismo es saber darle sentido a la vida, disfrutar nuestras actividades diarias y compartirlas con los seres que amamos.

Fuente: Andy Cornejo
TW: andy11_c  
FB: Andy Cornejo
Correo: [email protected]

 

 

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