De una forma u otra, todos nos hemos decepcionado, ya sea de una persona, de algún trabajo o de alguna situación ajena a nosotros. Es normal que después de dicha desilusión sintamos que el mundo se nos viene abajo, que las ganas de hacer las cosas desaparezcan, que nos mantengamos al margen de las personas que nos rodean y, en algún punto, pensar que es mejor esperar una decepción para no decepcionarte.
En este mundo las desilusiones son inevitables, pero no por sufrir una decepción se va a detener la vida. Debemos aprender que todo tiene su lado positivo y sacar el mejor aprendizaje de todo lo malo.
Recuerdas lo lindo que fue al empezar tu negocio; lo feliz que eras cuando estabas al lado de esa persona especial; lo contento que te sentiste al enterarte de que tu artista favorito iba a dar un concierto que, por alguna razón, se canceló. ¿No te quieres sentir igual?
En este episodio de “Pensando mejor”, nos cuentan como podemos sobreponernos ante esa desilusión para que vuelvas a luchar por lo que te hace feliz.