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Por qué los mexicanos aguantan tanto picante

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El uso del picante en la comida es una de las características más comunes entre los mexicanos, y es mucho más evidente cuando llega algún extranjero o cuando un mexicano está fuera de su país.

Qué es lo que hace que el picante le guste tanto a los mexicanos y cómo es que lo aguantan con todo y lágrimas, no importando si eres niño o adulto, pues existen algunas razones.

¿Qué contienen los chiles? 

Según un estudio, los chiles contienen una sustancia llamada capsaicina, una molécula que produce el picor y que muchos animales rechazan, pero no sólo ellos, naturalmente la lengua del ser humano también está configurada para rechazar el sabor picante.

A la hora de ingerir la molécula capsaicina, proveniente del chile, el cerebro envía una señal similar a la que emitiría si la lengua se estuviera quemando. ¿Y por qué lo comemos entonces?

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Condicionamiento psicológico

El comer es un placer, pero cuando se combina con dolor puede generar una sensación mucho más placentera, ya que cuando se pasa el efecto “doloroso” lo que se siente es una sensación de alivio, algo también placentero.

Cabe destacar que el chile en sí mismo no da más sabor, como se piensa, sino los ingredientes que se le agregan a una salsa por ejemplo.

Según investigaciones, el picor que les gusta a los mexicanos está justo por debajo del umbral de lo humanamente soportable. Es en realidad una actividad “benigamente masoquista”, por lo que el dolor provoca después: alivio.

Los chiles producen cierta “adicción”

Este tipo de dolor y posterior alivio genera endorfinas, la razón de la que sea placentero y es esto que produce en tu cerebro es lo que te hace comer más.

En realidad lo que pasa es que las personas les gusta el efecto secundario que el picante produce en su cerebro, ya que éste busca constantemente situaciones que generen bienestar y produzcan endorfinas, por eso lo repites.

La capsaicina, la sustancia activa del chile estimula las neuronas sensoriales que responden al dolor, produciendo endorfinas para neutralizarlo, es una forma natural de protección.

¿Costumbre o tradición?

El chile, junto con el maíz y el frijol, fueron de la primeras especies domesticadas de todo Mesoamérica y desde tiempos prehispánicos era parte de la alimentación.

Además, lo sueles comer en todas partes, lo que va acostumbrando a tu cerebro a recibir esa clase de información, es por ello que quizá necesites más picante para que tu cerebro vuelva a sentirlo como amenaza y entonces produzca nuevamente endorfinas.

Así que la cocina mexicana tiene lo suficiente acostumbrado a tu cerebro a recibir dolor. ¿Tú qué opinas?

Comemos chile por cultura

No sólo se debe a la costumbre diaria, sino también asociado a un tema cultural de sentirse orgullosos de una región, pertenecientes a un grupo y diferenciados del resto.

Los mexicanos se sienten orgullosos de “aguantar” el picante como una forma de diferenciarse del resto.

Propiedades nutricionales

Pero no sólo el chile contiene capsaicina, también se compone de agua, carbohidratos, fibra, proteína, vitaminas A, B1, B2, B6, azufre, calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, magnesio, y yodo.

Los chiles rojos contienen vitamina C y A, mucho más que los amarillos y verdes. Estas propiedades tienen efectos analgésicos, antiinflamatorios, y antimicrobianos.

Puede actuar como expectorante para problemas de congestión o tos, genera también sensación de saciedad e inhibe proteínas asociadas a la producción de grasa.

Funciona como antioxidante al proteger de enfermedades cardiovasculares, padecimientos digestivos como el Síndrome de Intestino Irritable, así como reforzar el sistema inmunológico.

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Foto: KostyaKlimenko / Depositphotos.com
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