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Limpiar la casa y que a la media hora esté desordenada y sucia otra vez puede ser una pesadilla, pero tiene solución cambiando algunos hábitos y mejorando otros.
No se trata de estar limpiando todo el día, sino de no ensuciar. Se dice fácil, pero involucra a todos los miembros de una familia o de personas que viven en un mismo lugar. Así que aquí te dejamos algunos consejos que puedes compartir.
Deja las cosas en su lugar
Al utilizarlas, vuelve a colocarlas exactamente donde las tomaste, en su lugar, esto a gran escala evitará que haya cosas regadas por todos lados. Hazlo en el momento.
Por ejemplo, al terminar recoges las cosas de la mesa. Si sacaste algo de ropa para ponerte y ya no lo usas, colócalo de nuevo en el clóset.
Evita acumular
Vive con las cosas que realmente utilices y las que no deséchalas o dáselas a alguien que pueda darle un uso adecuado. Ante la duda, piensa cuándo fue la última vez que lo usaste si fue hace más de un año, necesita irse.
Esto te ayudará también a limpiar con mayor facilidad el polvo y a mantener ordenadas pocas cosas, te quitará tiempo y te dará menos apatía el hacerlo.
Ordena lo que está más a la vista
Esto será una motivación, el orden atrae orden. Así si lo primero que ves está ordenado, sentirás la necesidad de que todo lo demás también lo esté. Además, reduce el estrés y la ansiedad si eres una persona obsesiva con el orden.
Hazlo divertido
Limpiar no tiene por qué ser algo aburrido y fastidioso. Procuren hacerlo en familia y dividirse tareas por gustos y afinidades, también vale la pena rotar actividades. Eso sí, hazlo con música.
Ordenar todos los días 10 minutos
Haz limpieza profunda un día, pero tómate unos 10 o 15 minutos al día para ordenar tus espacios aunque no limpies a profundidad, levanta, recoge, guarda todo en su lugar, son pocos minutos de enorme valía.
Comienza desde la mañana
Al despertar, abre las ventanas y tiende tu cama, una pequeña acción te hará sentir productiv@ y será una cadenita para todo lo demás. No te olvides de tu mesita de noche, llévate tazas sucias, tira basura, y ordena cada cosa en ella.
Pon actividades por mes
Esto le dará mantenimiento a tu orden y hará que quites aquello que ya no uses, como tu clóset, alacena, refrigerador, cajones, armarios, microondas, etc.
Hazlo en el momento
Sí, cuando te acuerdes de llevar esa taza al fregadero hazlo cuando lo veas, no permitas postergar porque quizá lo olvides y termine acumulándose con otra cosa. ¡Hazlo cuando te acuerdes o en el momento!
Lava trastes por cada comida
No permitas que se te acumulen desde la mañana a la noche. Quizá utilizaste muy pocos en el desayuno, pero ya en la tarde o en la noche es una montaña y te sentirás abrumad@ con tantos en lugar de que lo hayas hecho poco a poco.
Limpia mientras vas cocinando
Esto hará que no acumules desorden, ni trastes sucios. Al terminar de cocinar verás que el trabajo está casi hecho.
Ordena el lugar donde estuviste
No todo el día estás en un lugar, así que cuando te vayas recoge todo lo que hayas usado, esto sigue la tendencia del poco a poco. Verás que notarás un cambio al final del día.
Usa cajitas organizadoras
Todos tenemos objetos chiquitos que sirven, pero que acumulados pueden ser muy molestos, provocar desorden o incluso perderlos. Usa cajitas organizadoras para ello, ahí podrás poner papeles pequeños, recibos, llaves, adaptadores, tornillos, clavos, etc.
Elimina todos los objetos decorativos que puedas
Piensa, ¿son realmente necesarios? Coloca sólo los que te traigan recuerdos agradables, menos es mucho más. Esto también hará que si traes cosas nuevas a casa, una se vaya.
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El tener una casa ordenada y limpia tiene grandes beneficios, evita distracciones, minimiza el estrés, genera una sensación de paz y bienestar, le dedicas menos mantenimiento, se descomponen menos las cosas, usas lo que realmente necesitas y por lo tanto gastas menos
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