Tal como dijo el psicólogo y filósofo social estadounidense Burrhus Frederic Skinner, “Un fracaso no siempre es un error. Simplemente, puede ser lo mejor que se puede hacer en esas circunstancias. El verdadero error es dejar de intentarlo”. ¿Saben algo? Los errores son necesarios para crecer en cualquier ámbito de la vida. Si no existiera el error, no existiría el arte de ser mejores cada día.
A lo largo del tiempo, hemos crecido con la idea que el error es lo peor que hay; que si nos equivocamos es porque no sabemos hacer las cosas bien o porque somos unos “tontos”, pero no, no es cierto. La equivocación es producto de la inexperiencia que tenemos en muchos ámbitos de la vida misma y solamente viviendo esa equivocación vamos a aprender.
Sí, es cierto que a nadie le gusta equivocarse. En el fondo todos siempre queremos hacer las cosas “perfectas”, pero siempre hay que tener en cuenta que somos humanos y en la humanidad la palabra perfección no existe.
Hemos idealizado tanto que “el error está mal”, que no nos damos cuenta de la sabiduría que este nos otorga. El error es sinónimo de aprendizaje mediante la experiencia, así que no tengas miedo a equivocarte. En verdad, todos comenten errores, hasta los hombres y mujeres más experimentados/a e inteligentes suelen equivocarse.
Desafortunadamente, a veces nos da tanto miedo equivocarnos que no nos atrevemos a vivir la experiencia. Solamente recuerda “quien no se permite equivocarse, ve limitada su libertad”.
Es cierto que un error puede costar mucho, pero que te permitieras equivocarte, es porque estás intentando hacer cosas nuevas y eso es muy bueno.
Un error no te define, lo que te define es que tanto aprendiste y creciste sobre dicha equivocación.