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Para muchas personas el éxito está ligado al poder adquisitivo, los bienes materiales, un buen empleo, tener acceso a lugares exclusivos, la ropa que portan, el automóvil que usan, logros académicos, etc.
Para otras personas, el éxito significa cubrir necesidades personales, ya sean financieras, pareja, salud, alimento, vivienda, compartir y disfrutar junto a la familia y amigos momentos e instantes divertidos.
Cuando tenemos nuestras prioridades de vida claras, buscamos rutas que nos acerquen a ellas, pero cuando no estamos seguros de quiénes somos y que es lo que necesitamos para nuestro crecimiento, se complica nuestra existencia y terminamos confundidos y aturdidos, preocupados e inseguros.
Necesitamos tener claro nuestras debilidades y trabajar en ellas, así como también saber cuáles son las fortalezas que nos pueden ayudar a conseguir aquello que queremos lograr.
Los fracasos que sufrimos a lo largo de nuestra vida, nos ayudan a mirar con otra perspectiva las cosas, valorar y reconocer los errores, levantarnos más fuertes y continuar el camino.
Los problemas nos ayudan a formar carácter, nos hacen descubrir nuestros limitantes y sacan a relucir talentos guardados.
El ser alguien exitoso es una cuestión personal, cada uno de nosotros vamos construyendo y asumiendo nuestras responsabilidades, actos, tareas de acuerdo a prioridades, valores, sueños a realizar.
Cuando haces lo que te gusta con amor, entrega, alegría y te rodeas de personas que tengan tus mismos ideales y pasiones, logras un ambiente de armonía y eso te hace sentir bien.
Las personas felices experimentan emociones positivas y su energía se activa, alguien optimista, sociable, atrae a los demás por su carácter, es más fácil crear alianzas, puentes de ayuda para materializar objetivos.
En el trayecto en busca del éxito, la pasión es un ingrediente esencial, así como las ganas y la voluntad de trabajar por un propósito de vida, pues favorecen nuestras relaciones de familia, pareja, trabajo.
El sentirte bien con aquello que consigues con trabajo, pasión, entrega, hace que confíes en tus capacidades, porque sabes que tienes el potencial para lograr aquello que te propones con esfuerzo y dedicación.
Cuando hacemos actividades que nos gustan, nos apasionan y alimentan nuestra alma, nos volvemos más receptivos, creativos, andamos inspirados y emocionados en cada cosa que realizamos.
La metas que nos trazamos son importantes, pues nos acercan al lugar que queremos llegar.
El éxito va de la mano con el compromiso y esfuerzo para realizar todo aquello que nos trazamos como meta o destino en nuestra vida.