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Es importante identificar nuestros miedos, ser honestos con nosotros mismos, aceptar lo que nos provoca incertidumbre en la vida y de qué manera se refleja en nuestro cuerpo.
El sentir miedo es algo normal en los seres humanos, ya que nuestro cerebro al encontrarse frente a situaciones de riesgo, reacciona de manera instantánea en defensa propia.
La mayoría de los temores que enfrentamos son sobre el futuro, la anticipación nos produce ansiedad sobre situaciones que ni siquiera sabemos con exactitud si sucederán o no.
El miedo se encuentra relacionado con un peligro inminente de temor por no saber qué pasará y la ansiedad con la expectativa de que algo está a punto de suceder y nos pueda tomar por sorpresa,sin embargo, la forma de reaccionar ante algo temido depende de cada persona.
Hay quienes actúan de manera agresiva al sentirse amenazados, otros quedan paralizados, se turban y no saben de qué manera actuar ante una situación estresante, de peligro.
En ocasiones podemos sentir nuestro corazón latiendo a mil, manos sudorosas, la sensación de vacío en el estómago o simplemente ideas negativos que nos atormentan y quitan tranquilidad a nuestro ser.
La ansiedad que experimentamos cuando nos enfrentamos a nuestros miedos se encuentra relacionada con la expectativa de que algo sucederá, nos anticipamos de forma negativa a los acontecimientos, nuestra mente se llena de ideas y pensamientos imaginarios que aún no ocurren en nuestra realidad.
Aprende a controlar tus pensamientos negativos, cuando detectes que estás pensando de forma negativa, realiza una actividad que te saque del estrés, o de la tensión que provoca ansiedad a tu persona.
El miedo físicamente lo podemos combatir con un buen manejo de nuestra respiración en momentos de crisis, inhalando, exhalando, relajando y recuperando la paz y tranquilidad de nuestro ser.
Sí llevamos un estilo de vida saludable, practicamos ejercicio regularmente al aire libre, despejamos nuestra mente y meditamos unos momentos, estamos de alguna manera preparándonos para cualquier situación temida que aparezca repentinamente en nuestra vida.
Cuando pensamos de manera positiva, automáticamente nuestros miedos van perdiendo fuerza y se genera automáticamente una mayor seguridad y tranquilidad por lo desconocido.
Cambia tu perspectiva e intenta mirar tus miedos como maestros desafiantes que te impulsan a ir más allá de ti mismo, no temas, mejor trata de liberar los obstáculos que te impiden continuar evolucionando.
Cada obstáculo que superamos en cada etapa de nuestra vida, nos genera seguridad, satisfacción, ya que vamos creciendo como personas.