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Los mecanismos de defensa son inconscientes, así que no es algo que puedas controlar del todo, los utilizamos para defendernos de emociones o pensamientos que pueden provocarnos ansiedad, depresión, baja autoestima, entre otros.
En la psicología se clasifican como primarios o secundarios, dependiendo de la época de la vida en la que aparecen. Forman parte del funcionamiento de nuestra mente, pero sólo son dañinos si se abusa de ellos.
Aquí te explicamos un poco más:
Mecanismos de defensa primarios
- Retraimiento: Es un alejamiento de la realidad para refugiarse en el mundo de las fantasías o del sueño. Por ejemplo, cuando te duermes para evitar estar presente en la realidad. Pero si se usa frecuentemente, se corre el riesgo de no solucionar lo que está pasando realmente.
- Negación: Es rechazar algo que ocurre, como un "si no lo veo, no está pasando", puede ser una solución momentánea cuando lo que está pasando resulte paralizante o en exceso agobiante.
- Control Omnipotente: Pensar que todo lo que sucede es debido a los deseos de uno mismo, que lo podemos controlar, pero sin pensar en la existencia de los demás.
- Idealización y Desvalorización: Es una necesidad de darle un valor especial a una persona de la que se depende emocionalmente para que ayude a resolver dificultades, deseos o necesidades. Por el contrario, la desvalorización es la frustración ante la realidad que no corresponde con esa idealización, suele pasar mucho en las parejas.
- Escisión: Consiste en separar el mundo y las personas en buenos y malos, para resolver situaciones confusas y amenazantes, pero el sentimiento puede complicarse cuando vean bondad en una persona que consideraban mala.
- Disociación: Es una forma de desconectarse de la realidad creando otra representación de uno mismo para que afronte lo que está pasando en el momento, pero en un exceso una persona puede sentir que tiene distintas personas dentro de sí.
Mecanismos de defensa secundarios
- Represión: Es olvidar u omitir de manera voluntaria un acontecimiento que resulte inquietante.
- Regresión: La persona adopta comportamientos infantiles para evitar el conflicto.
- Aislamiento: En términos coloquiales es "mantener la cabeza fría", como separar los afectos de los pensamientos.
- Posponer: No se toma una decisión clara, ya que supone un esfuerzo para el que la persona no se siente preparada.
- Minimización: Se le quita o resta importancia a las experiencias ajenas y propias, sin asumir lo que se ha vivido.
- Evasión: Poner pretextos o un "pero" para todo, se ponen excusas una tras otra lo que dificulta resolver problemas o situaciones.
- Pensamiento mágico: Creer que una persona, lugar u objeto va a hacer desaparecer los problemas de forma inmediata.
- Quejas: Es un resentimiento constante por lo que ha sufrido, por lo que constantemente se queja de lo que vivió.
- Cambios de humor selectivos: Utiliza el llorar o la furia para terminar una situación desagradable.
- Proyección: Le atribuimos nuestros propios sentimientos a otra persona, pero sin reconocer que en realidad son nuestros.
- Complacer: Tratar de mantener a todos contentos, sin pensar en el bienestar propio.
- Perfeccionismo: La persona no se permite fallar, trata de vivir la vida de manera "perfecta"
¿Te sentiste identificad@ en alguno? Es importante reconocer qué mecanismos de defensa estás utilizando para evadir situaciones desagradables o para enfrentarlas, también para saber si lo haces en exceso y cómo puedes tener una mejor actitud ante la vida.