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¿DÓNDE QUEDÓ ESA ENERGÍA QUE CARGASTE?

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Manuel Pérez del Castillo
Manuel Pérez del Castillo
Llevo algunos años tratando de aprender de ciencia y desaprender algunas barbaridades que me enseñaron. En mis ratos libres subrayo libros e intento alertar de charlatanerías. Trabajo en tecnología y sistemas desde hace más de 20 años, la mayoría de ellos en radio. Esposo y padre en entrenamiento.

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No dudo que haya sido un día agradable en compañía de amigos o familia en las pirámides.

Quizá incluso regresaron animados y deseosos de hacerlo cada año. Pero no, no te cargaste de energía. Éste y otros conceptos impulsados por el new age no tienen fundamento en la realidad. Sí, es posible sentirse con mucha energía después de asistir y convivir durante el equinoccio con miles de personas, pero no hay tal energía adicional en nosotros.

Sí hay una energía que absorbes cuando te expones a los rayos solares, pero tu cuerpo pone en marcha un mecanismo para que esta energía se pierda lo antes posible y no se eleve la temperatura más allá de un límite peligroso. Para esto sudas y si no fuera así, podrías padecer hipertermia o un golpe de calor (insolación), lo que puede ser grave. Como cada año, este 21 de marzo de 2017 los servicios médicos atenderán a decenas por malestares relacionados a la exposición solar en las zonas arqueológicas del país. Afortunadamente la mayoría de las personas van vestidas de blanco, ya que, si fueran con colores oscuros, habría muchos más casos de hipertermia.

Y tampoco es cierto que durante el equinoccio el Sol emita más energía. Lo que sí es verdad es que casi toda la energía que utilizamos proviene del Sol. Lo que comemos, los combustibles que quemamos, la energía eléctrica obtenida en presas o en centrales eólicas, provienen en última instancia del Sol. En resumen, estás leyendo esto gracias al Sol. La energía para que quien escribe y quien lee estén vivos, para que tu computadora o celular estén encendidos y para que la información viaje por internet, proviene del Sol.

También es cierto que los aztecas, mayas y otras culturas tenían sorprendentes conocimientos astronómicos y que éstos fueron considerados en sus también sorprendentes edificaciones. Pero no hay tal conocimiento sobre energías cósmicas o magnéticas que se concentren en las pirámides. Admiremos las pirámides y el significado que sus creadores le dieron. Admiremos lo que hoy sabemos de astronomía. No admiremos ideas que suenan bien pero que no son reales.

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