En nuestra vida diaria, utilizamos numerosos términos para referirnos a productos comunes sin cuestionar su origen.
Sin embargo, hay un fenómeno fascinante que rodea a ciertos objetos: muchos de ellos no se llaman como creemos. Descubre algunos de estos impactantes ejemplos:
Crayones
¿Recuerdas tus días de infancia coloreando con crayones? Bueno, la sorpresa es que el término "crayón" se popularizó gracias a la marca Crayola, que producía estos lápices de cera de colores brillantes. Así que, técnicamente, deberíamos decir "lápices de cera".
Kleenex
¿Te has preguntado alguna vez por qué llamamos kleenex a todos los pañuelos desechables? Resulta que Kleenex es la marca que lanzó al mercado estos papelitos suaves y cómodos para nuestra nariz, no el nombre genérico del producto.
Tupper
El clásico tupper, el objeto más apreciado de la mamás, ese recipiente hermético que usamos para almacenar alimentos. ¿Sabías que en realidad le décimos así por la marca Tupperware?, que popularizó estos prácticos envases.
Pritt
Cuando necesitas pegar algo, es probable que digas "voy a buscar pritt". Pero, ¡estamos equivocados! Pritt es la marca específica de pegamento en barra que todos conocemos, no el nombre del producto en general.
Aspirina
¿Sabías que el nombre "aspirina" viene de Bayer? La mezcla de "acetilación" y "spirea (planta de origen) dio este nombre. Aunque sigue siendo de Bayer, cualquier laboratorio puede hacer pastillas de ácido acetilsalicílico, o sea, aspirinas.
Velcro
El velcro, ese cierre genial, se inspiró en paseos llenos de bolitas de cardo. George de Mestral lo imaginó, y un tejedor de Lyon lo hizo realidad. Registrado como Velcro en los cincuenta, su nombre une "velours" (felpa o terciopelo) y "crochet" (ganchillo).
Así que la próxima vez que vayas a guardar comida en tu tupper, agarres un kleenex o necesites pegar algo con pritt, ¡recuerda que estás utilizando productos de marcas que se han ganado un lugar en nuestro lenguaje diario!